En el año de 1999, se cumplieron 400 años
de la aprobación de las primeras Reglas institucionales y más antiguas que se
conocen de la Hermandad del Dulce Nombre de Jesús. Efemérides importante en la
historia de esta Corporación cuatro veces centenaria.
Estas primitivas Reglas fueron aprobadas,
ratificadas y confirmadas en Écija el 26 de agosto de 1.599 por el licenciado
D. Pedro de Villa Gómez, Canónigo de la Doctoral de la Santa Iglesia de Sevilla,
Provisor, Juez y Vicario General en su Arzobispado, por el Ilustrísimo Señor
Cardenal D. Rodrigo de Castro Arzobispo de Sevilla.
En la segunda mitad del siglo XVI hay una
eclosión de Hermandades y Cofradías andaluzas. Las Cofradías fueron canales a
través de los cuales se dirige la Fe, siendo sus fines religiosos, sociales y
benéficos. José Bermejo Carballo en sus 'Glorias Religiosas de Sevilla' nos las
define así: "Llamamos Cofradía, Hermandad… a una congregación, asociación
o reunión de personas, que con leyes o estatutos particulares autorizados
competentemente, mirándose y tratándose como hermanos, tienen por objeto el
ejercicio de actos piadosos para mayor culto de Dios, de la Santísima Virgen y
de los Santos y el aprovechamiento espiritual de los fieles".
Nuestra Cofradía del Dulce Nombre de
Jesús es una asociación piadosa que sigue un camino intimista y fija su
atención en obras de caridad con sus hermanos.
Debemos destacar el ambiente en el que se
desenvuelve la vida religiosa de ese período, donde la sociedad se conmueve
ante la enfermedad, la pobreza y la muerte. Espíritu que se manifiesta en el
capítulo IV de nuestra Regla: "…si alguno de nuestros hermanos enfermare,
luego los oficiales devera cada uno insolidum hazer lo visiten, o hagan
socorrer si fuese prove, que no tenga para curarse, que en este caso sea
socorrido con limosna para su curar…"

Como observamos todo se traduce en amor
al prójimo. El mandamiento nuevo -el amor a los demás- es la última
recomendación de Cristo (Jn 13, 34-35); porque si Dios es amor el cristiano
tiene que ser también amor (1 Jn 14, 16); el evangelista Mateo nos indica que
tenemos que ver a Dios en nuestro prójimo (Mt 25, 34-36); y los apóstoles nos
inculcan que la caridad cristiana debe ser hecha sin ostentación y haciendo el
mayor bien posible al prójimo (Rm 12, 9-21)
TIPOLOGÍA DE LA HERMANDAD
La Cofradía de sangre y luz del Dulce
Nombre de Jesús, ubicada canónicamente en la iglesia de San Sebastián de la
villa de Marchena, es una asociación de fieles, de carácter mixto, dotada de
órganos de gobierno, que rendirá culto interno y externo al Dulce Nombre de
Jesús y a la Santísima Virgen Madre de Dios a la vez que sus hermanos cofrades
debían ejercitar la caridad y la penitencia.
Siguiendo la clasificación tipológica que
realizó el profesor Isidoro Moreno para las Hermandades andaluzas, nuestra
Hermandad se ajusta a la que él denomina tipo 4 (horizontal - abierta), al ser
una Hermandad de clase y estar formada por personas de estrato elevado, como se
ve en el capítulo II de las Reglas de 1.599, que, refiriéndose a las
condiciones específicas impuestas a las personas a quienes se han de admitir en
la Hermandad, dice así: "Hordenamos
y tenemos por bien que en esta Santa Cofradía, no sea admitido, ni Rezivido por
cofrade de haviendo sido castigado por el santo oficio de la Inquisición, ni
hijo, Padre, Nieto, o hermano del que lo oviere sido; e lo mismo si oviere sido
afrentado por Justicia publicamente, o si fuere infame, o bulgar infamia, así
como si fuere beodo, o oviese sido testigo falso, logrero, o amancevado
público…"
Vemos en este capítulo II de las Reglas
ciertos impedimentos y requisitos para el recibimiento de hermanos,
consideraciones de ortodoxia religiosa, así como la existencia de
antisemitismo, discriminación a los conversos y reflexiones sobre la
inmoralidad de la usura.
Para ingresar en esta Cofradía el nuevo
hermano debe contribuir con una limosna de entrada estipulada en dos reales de
plata. Si muere el hermano, su mujer heredará sus derechos en la Hermandad.
En definitiva, nuestra Hermandad es una
confraternidad en la que sus miembros se colocan entre los numerosos hermanos
de los que el Hijo de Dios es el primogénito (Rm 8, 29). Pues todo el que
cumple la voluntad del Padre celestial entra en esta verdadera fraternidad (Mt
12, 50; Mc 3, 35).
ESTRUCTURA ORGÁNICA DE LA HERMANDAD
La elección de todos los cargos que
conforman la Hermandad es anual, teniendo cada uno sus normas así como penas de
carácter pecuniario por su no cumplimiento.
La Junta de Gobierno consta de los
siguientes cargos:
Mayordomo: Cargo de mucha importancia y
responsabilidad en el organigrama de la Corporación. Administra los bienes de
la Hermandad recaudados por limosnas y penas, llevando el libro de cargo y data
con los ingresos y pagos de la Cofradía. Todos los meses debía de rendir cuenta
a los oficiales.
Escribano: Cargo equivalente al actual
secretario. Levantaba acta de los acuerdos tomados en Cabildo. Llevaba
reflejado en un libro las limosnas recibidas por el Mayordomo.
Prioste: En su poder estaba la cera y las
llaves del arca de la Cofradía así como dos bacinas de acófar con las que se
pide limosnas para la Hermandad.
Dos alcaldes: Sus atribuciones no vienen
bien definidas en los Estatutos. Creemos que sus competencias, al igual que en
otras Hermandades, era juzgar y pronunciarse sobre los pleitos y litigios que
se den dentro de la Corporación.
Cuatro Diputados.
Muñidor: Criado de la Cofradía que
llamaba o avisaba a los hermanos para las Fiestas, Cabildos y otros actos.
Cuando convocaba por difunto tañía una campanilla. Realizaba su labor vistiendo
ropa de paño morado con el escudo de la Hermandad en el pecho.
LOS CABILDOS

El Cabildo como órgano deliberante es la
reunión en asamblea de los hermanos cofrades del Dulce Nombre de Jesús.
Todos los años se celebraban dos Cabildos
Generales en la Iglesia de San Sebastián. El primero, el domingo antes de la
Fiesta del Dulcísimo Nombre de Jesús; el segundo, el domingo de la Santísima
Trinidad.
El domingo antes de la Fiesta del Dulce
Nombre de Jesús, se celebraba por la mañana misa del Espíritu Santo rezada,
pasando después a las dependencias de la Hermandad para la renovación en
público de la Junta de Gobierno.
La Junta de Gobierno elegida será la
encargada de regir la Hermandad durante un año. La Junta, como expusimos
anteriormente, se componía de los siguientes miembros: un Prioste, dos
Alcaldes, un Mayordomo y un Escribano. Ningún cargo era remunerado. Así mismo
en este Cabildo se nombraba a un Muñidor.
Los cofrades elegidos miembros de la
Junta no pueden renunciar, deberán aceptar su cargo so pena de dos libras de
cera, salvo causa justificada.
El domingo de la Santísima Trinidad, se
celebraba Cabildo General de Cuentas de cargo y data. En este Cabildo se daba
informe detallado de las cuentas así como de todo lo que afectaba al aspecto
económico. Este día el Mayordomo, como administrador de los bienes de la
Hermandad rendía cuentas ante los oficiales y escribano. Las Reglas disponían
que los gastos de mayordomía deben de ajustarse a cosas útiles y necesarias.
FIESTAS Y PROCESIONES

En honor y gloria de Cristo y de su
Bendita Madre la Hermandad celebraba anualmente cultos religiosos como
expresión de Fe cristiana.
Esta Hermandad venera e invoca a la
Virgen como Señora y Abogada celebrando cuatro Fiestas o Funciones Solemnes en
las que se oficiaban misa, sermón y procesión:
La Natividad: Fiesta del Nacimiento de la
que estaba destinada a ser la madre del Salvador: MARÍA.
Su Limpia Concepción: Quizás la fiesta
más conocida y venerada por los cofrades. Esta fiesta fue aprobada en Roma en
1.476 por Sixto IV. La Inmaculada, singular privilegio de la Virgen que fue
santificada por la divina gracia.
La Purificación de María: Fiesta que
tiene por objeto conmemorar la ceremonia que tuvo lugar en el templo de
Jerusalén a los cuarenta días del nacimiento de Jesús (Lc 2, 22-38). Los
cofrades a través del cuarto misterio gozoso del Santo Rosario también
recuerdan la Purificación de la Virgen.
La Asunción: Gran Fiesta del triunfo de
María. Su preciosa muerte y Asunción gloriosa en cuerpo y alma al cielo para
ser coronada Reina de todo lo creado.
El sábado ha tenido siempre cierta
importancia litúrgica. Nuestra Cofradía celebraba misa en honor de Santa María
todos los sábados en el altar de la Hermandad. Misa de alba para que pudiera
ser oída por los trabajadores y caminantes.
En honor a su Titular el Dulce Nombre de
Jesús, celebraba anualmente la festividad del Nombre de Jesús, con solemnes
vísperas y misa mayor, realizándose antes de la misa una procesión por la
Cofradía en la que se renovaba la fe en Cristo.
El principal acto de culto externo de
nuestra Hermandad es la Estación de Penitencia que, anualmente hace la tarde -
noche del Jueves Santo. Así cada Domingo de Ramos se realiza Cabildo General
para tratar las normas y todo lo concerniente a la procesión (hora de salida,
cantores y clérigos, personas que han de lavar a los hermanos de sangre, etc…)
Los hermanos que participan en la
procesión lo harán con sus túnicas blancas de lana vellida y el escudo con el
anagrama de Jesús propio de esta Hermandad. Los hermanos de luz irán con su
cirio blanco y los hermanos de sangre con su disciplina disciplinándose.
Cada hermano se costea su propia cera.
Aquellos hermanos pobres que por su situación económica no pueden llevar cera,
la Cofradía les reparte las imágenes, crucifijos y cera que alumbra las
imágenes, para que de esta manera puedan participar en la procesión.
OBRAS DE CARIDAD

La Hermandad presta ayuda económica y
moral a los hermanos necesitados, así como a sus familiares. Para ello, esta
Corporación destina parte de los fondos económicos provenientes de las limosnas
a satisfacer las obligaciones ordinarias para el servicio de la Cofradía y lo
que sobrare se destina a un fin determinado y concreto: curar a los enfermos y
hermanos pobres de la Cofradía. Parte de esta limosna se repartirá entre las
hermanas viudas, huérfanos y pobres vergonzantes.
La práctica de la caridad en la Hermandad
del Dulce Nombre de Jesús se regula en las normas específicas contenidas en los
capítulos IV y VI de sus Reglas. La solidaridad colectiva se manifiesta con
aportaciones a las necesidades de los hermanos ya que la fe y la caridad para
ser verdaderas han de manifestarse en obras (2 Co 8, 9).

La Hermandad era una entidad de auxilio y
ayuda en las necesidades y compañía de seguros funeraria que asiste a sus
hermanos cofrades. La Junta de Gobierno al tener conocimiento de la enfermedad
de algún hermano tienen sus miembros la obligación de visitarlo y socorrerlo
económicamente en su enfermedad. Es decir, la Hermandad presta alivio
espiritual y temporal a sus miembros. Obras de misericordia con las que se
socorren las necesidades corporales o espirituales del prójimo.
Además velarán al hermano en el artículo
de la muerte, teniendo cuidado de que confiese y comulgue con la mejor
disposición.
En los entierros es obligada la asistencia
de los cofrades. La Cofradía está presente institucionalmente con el guión y
cera, portando además las andas. La Hermandad ofrecía dos misas rezadas de
réquiem por el alma de cada hermano fallecido. Estos sentimientos de
solidaridad no se limitaban solamente a los miembros de la Hermandad, también
se enterraban a los pobres que se encomendaban al amparo de nuestra Cofradía.
(Extraído de un boletín de nuestra
Hermandad del año 2001)
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